Si bien se tiende a pensar que la agorafobia se caracteriza por un miedo intenso a los espacios abiertos, lo que realmente temen las personas con este trastorno son los lugares de los que les resultaría difícil o embarazoso escapar en caso de padecer un ataque de ansiedad, sobre todo de las miradas de los demás, o disponer de ayuda en caso necesario.

En un trastorno de Agorafobia sin un ataque de angustia previo las personas temen la aparición de uno o varios síntomas similares a los que ocurren en éstos (mareos, vértigo, diarrea, etc), por lo que comienzan a evitar progresivamente más lugares en los que anticipan que podrían ocurrir.
Al igual que en el Trastorno de Pánico con Agorafobia, las situaciones que se evitan habitualmente son:
- Estar solo fuera de casa
- Cines, teatros, restaurantes, centros comerciales y lugares concurridos en general
- Ascensores
- Túneles
- Viajar en transportes público
- Conducir
- Esperar turno (en la cola del supermercado, en el centro de salud, etc.)
- Estar en un puente
En las ocasiones en las que se enfrentan a estas situaciones lo hacen con un elevado nivel de ansiedad y/o con ayuda de personas de confianza, objetos o sustancias (ansiolíticos, alcohol, etc.) tranquilizadoras. Si bien estas conductas reducen el malestar inmediato, contribuyen al mantenimiento del problema, convirtiéndose en personas aisladas y dependientes, con una autonomía y funcionalidad muy restringidas.
El tratamiento que se ha demostrado más eficaz para este trastorno está basado en:
- Reeducación sobre la naturaleza, significado y funcionalidad de la ansiedad.
- Identificación y reelaboración de las interpretaciones erróneas y catastrofistas.
- Entrenamiento en relajación
- Exposición gradual a los síntomas y situaciones temidas
En definitiva, al desarrollo de recursos de afrontamiento de los elementos ansiógenos que han conducido al problema.
Para cualquier duda o aclaración sobre nuestra intervención psicológica en Agorafobia llámanos al 91 025 90 33 o al 635 88 90 98 y pídenos una primera cita gratuita donde te informaremos.
Trastorno del Pánico
El trastorno de pánico es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por episodios de miedo y terror acompañados de síntomas físicos como:- Dolor en el pecho
- Palpitaciones
- Sensación de ahogo
- Náuseas
- Sensación de irrealidad o despersonalización
- Visión borrosa o sensación de ver luces
- Sensaciones intensas de calor o frío
- Mareos
- Debilidad en las piernas
- Pinchazos o calambres
- Temblores
- Etc.
Estos ataques suelen ser repetidos e inesperados. Son muy intensos y desagradables y pueden llevar a la persona a creer que está sufriendo un infarto o se está volviendo loco, lo que, a su vez, incrementa los síntomas físicos y el miedo, alimentando así la consecución del ataque.
A menudo, las personas que han sufrido un episodio de angustia temen que les vuelva a ocurrir en cualquier momento, lo que se ha dado en llamar miedo al miedo, por lo que tienden a evitar situaciones en las que creen que no van a ser ayudadas o de las que no pueden escapar fácilmente, derivando esto en un Trastorno de Pánico con Agorafobia.
Las situaciones que se evitan habitualmente son:
- Estar solo fuera de casa
- Cines, teatros, restaurantes, centros comerciales y lugares concurridos en general
- Ascensores
- Viajar en transporte público
- Conducir
- Túneles
- Esperar turno (en la cola del supermercado, en el centro de salud, etc.)
- Estar en un puente
Las causas del Trastorno de Pánico se encuentran en la relación que se establece entre determinadas sensaciones corporales, que se viven como desagradables, y las interpretaciones que se dan respecto a dichas sensaciones. Diversas circunstancias como el esfuerzo físico, las situaciones estresantes mantenidas en el tiempo o emociones intensas, provocan cambios fisiológicos de activación que dan lugar a determinadas reacciones corporales, como incremento de la frecuencia cardíaca, tensión o agarrotamiento muscular, respiración agitada, mareo, etc., que tienden a asociarse con emociones de ansiedad y miedo, debido a la interpretación de peligro o amenaza que realiza la persona. Esta asociación intensifica la sensación del descontrol y amenaza intensificando el miedo, exacerbando a su vez dichas reacciones corporales, hasta que se desencadena el ataque de pánico.
Estos ataques de pánico suelen después asociarse a situaciones o lugares específicos que hacen que la persona anticipe de forma ansiosa la posibilidad de sufrir un nuevo ataque, ante la imposibilidad de salir de dicho lugar o de pedir ayuda. De esta manera la persona afectada va a evitando cada vez más lugares o situaciones quedando aislada.
El tratamiento está dirigido a redefinir la causa de los síntomas fisiológicos para reinterpretarlos de una forma funcional no distorsionada, ni catastrófica, mediante la práctica de técnicas de reducción y manejo de la ansiedad, junto con la exposición gradual a dichos síntomas, dotando al paciente de las estrategias de afrontamiento adecuadas.
Para cualquier duda o aclaración sobre nuestra intervención psicológica en Trastorno de Pánico llámanos al 91 025 90 33 o al 635 88 90 98 y pídenos una primera cita gratuita donde te informaremos.
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